Para mí, la peor característica del fútbol portugués, pero con muchísima
diferencia, es la incapacidad para
encontrar continuidad a cualquier proyecto. Verano a verano, la liga
portuguesa se convierte en un mercado continuo en el que todo se vende, se cambia,
se incorpora, se descarta, se vende después de comprar o se venden tantos por
cientos de un jugador a un fondo de inversión, a una empresa de representación
de jugadores a una agencia de no sé qué más, pensando en vender próximamente y
recuperar el tanto por ciento multiplicado por dos o al menos no perder dinero
si el negocio no ha salido como se pensaba en un inicio. Encontramos jugadores
que por la mañana prueban en las islas Azores con un club y por la tarde están
fichando en Leiria (caso de Djaniny este verano, por cierto, incorporado a
mediados de esta temporada al Benfica con vistas a un posible equipo B para la
siguiente), los equipos, incluyendo los grandes, incorporan docenas de
jugadores cada pretemporada, jugadores que después ceden, recuperan, vuelven a
ceder en enero y cuando todavía no se han incorporado al club ya se les está
buscando salida porque los equipo continúan buscando más refuerzos.
¿Adónde quiero llegar con esto?
Pues justamente a que la permanencia de Vítor Pereira y de Jorge Jesús en sus
banquillos, por lo menos aportaría un poco de
continuidad y la idea general de llevar adelante un proyecto con unas
ideas básicas establecidas en las últimas temporadas.
Durante los últimos años, no es
que se le pueda achacar tanta movilidad al FC Porto, pero correrá el riesgo de
no renovar a un entrenador campeón en un año en el que, justamente, sí ha
habido movimientos en la plantilla del equipo blanquiazul. No sólo su
entrenador abandonó el timón del equipo al final de la pretemporada, sino que
en las últimas horas del mercado quien lo hizo fue su goleador, Radamel Falcao
(Después de su rendimiento en la liga española, dudo que alguien tenga alguna
duda sobre su nivel), sin contar con los que pensaban salir y tuvieron que
quedarse a disgusto, casos de Álvaro Pereira o Rolando. Y todavía en el mercado
de invierno continuó el movimiento con las salidas de Belluschi o Guarín, que
si bien es cierto que no estaban teniendo una actuación muy brillante durante
esta campaña, tampoco las lesiones les dejaron hacerlo, habían sido jugadores
básicos durante las últimas temporadas en la medular.
Así que pese el fracaso de la Champions , que sí queda
en el debe de Vítor Pereira, y viendo la inestabilidad en la plantilla de los dragoes, tampoco podemos calificar la
temporada como un fracaso si finalmente consiguen la liga, y aunque seguramente
haya salidas en el mercado de verano (¡como no!), siguiendo la línea que impera
en la Invicta
ya se han incorporado a algunos de los sustitutos de los jugadores que abandonen
el equipo (casos de Mangala, Iturbe, Danilo, Alex Sandro) y que, en la próxima
temporada, no necesitarán ese periodo de adaptación sino solamente dar un paso
adelante en la responsabilidad, situación que podría aplicarse al propio
entrenador que, después de esta temporada –y la temporada siguiente a haberlo
ganado todo siempre es muy difícil de gestionar - por lo menos, este año parece
haberse ganado su continuidad.
Ahora bien, Vítor Pereira sabe
que la afición le va a exigir un estilo de juego definido, y no este carácter
dubitativo que ha mostrado a lo largo de esta campaña, dominar los partidos y
no resolverlos por golpes de clase, continuidad en los buenos resultados y en
el nivel de juego, generar confianza en los aficionados evitando tropiezos inesperados
y realizar una campaña europea decente.
Las sombras de, sobre todo
Leonardo Jardim, Domingos Pâciencia –aunque el entrenador de Leça da Palmeira
ya ha advertido que probablemente entrene fuera de Portugal la próxima
temporada-, de Sérgio Conceiçao o de Pedro Emanuel (aunque el final de
temporada de la Briosa
haya enfriado muchísimo su nombre) será muy alargada, pero el reto de conseguir
títulos el próximo año es muy apetecible para que, en caso de lograrlo, el
entrenador de Espinho dé un golpe encima de la mesa y demuestre su capacidad
para dirigir a un gran equipo con éxito.
Como siempre digo, veremos lo que
sucede, aunque no lo veo sencillo con tanta presión a su alrededor a la espera
de que cometa un error para sacarlo del medio cuanto antes, siguiendo con el
carácter devorador de los tres grandes de la liga portuguesa con los técnicos,
sobre todo si son portugueses, a los que se exige y ataca con más virulencia
que a técnicos extranjeros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario